María Luz Malamud



Nació en Rosario en 1973, pero está radicada en Mendoza desde los tres años.
Estudió Licenciatura en Comunicación Social, trabajó en algunos medios gráficos, entre ellos el suplemento para chicos Alfabeto Escolar y la revista Sopa de Vacaciones.
En 1992 ganó el Segundo premio de poesía Joaquín Barbera con Postales de fin de siglo, publicado por Ediciones Culturales Mendoza.
Trabajó durante ocho años dando talleres de escritura creativa en la escuela O’Donnell.
En 2014 obtuvo el primer puesto en el concurso “Pintamos tus palabras”, organizado por editorial Edelvives. Durante tres años coordinó el taller de escritura creativa para jóvenes “Colmena de palabras”, en Casa Colmena. Fue Asesora Pedagógica en Editorial Norma.
Durante 2016 se desempeñó como Tutora del módulo de Turismo Cultural en Diplomatura Gestión Cultural de Universidad Nacional de Cuyo. Fue creadora y socia fundadora de Bambalí ediciones, en la que se desempeñó como directora literaria hasta julio de 2018.
Actualmente, a cargo de la sección La puerta de papel de la revista de literatura El viajero indeciso, de la Secretaría de Cultura de Mendoza y asesora comercial en editorial SM.
Algunos de sus libros publicados son Cuentos en rima para leer en la tarima (editorial Del Naranjo), Una oveja de manteca (editorial Estrada), El bostezo (editorial Brujita de Papel), Yer, el rey (editorial Del Naranjo), Espantados (editorial Salim), Reír a mares (editorial Bambalí), Lo que ves no es (editorial Bambalí).


Duraznos negros

I

Mis manos 
no pudieron sujetar
el hilo gastado 
de tu ausencia.

(Mis manos de pan húmedo)

no pudieron remendar
las heridas de tu vestido,
ese con arabescos 
o lunas rotas.

Mis manos de pan deshechas
en un círculo de pájaros.


II

Estamos en la vereda
de baldosas rojas,
las casitas de papel
que construimos,
no tienen esqueleto,
si soplo, se vuelan.


III

En la tierra 
con un palito,
escribo tu nombre pero con jota,
jille
después, la lluvia, se lo come.


IV

Otro verano
mentiroso
nos hace creer 
que en el cielo
habrá lavandas
risas, abanicos.

La abuela silba tu ausencia
es un silbido hondo
que pasa por mi oído

hay una señora que plancha y suspira,
hay mosquitos y una soda sobre la mesa

hacemos casitas de papel
que pueden romperse
en mi puño

Mamá sueña con los ojos abiertos
Y se aleja
tanto que no logro verla.


V

Una taza de te 
para mi garganta de abejas,
el gato de miel se derrite
en el felpudo.


VI

La abuela esconde
la tristeza de su pelo gris.
en el pañuelo blanco 

la fruta espera sobre la mesa

la abuela va y viene
a inventar caminos
los ojos de la abuela lloran para adentro

soy un durazno áspero
soy un durazno negro

Pasan los años
se va la abuela
de un portazo
a fumar pájaros.

Se va la abuela
a toser tu sangre.


* * *

Mi tristezapereza 
tiene púas en el lomo
es pálida y ojerosa
sabe a cebollas fritas
vive en mi garganta
allí tiene su cuevaguarida
y no me deja tragar
y me lastima las palabras
y pone huevos negros
bajo de mi lengua.

…………………

En el triángulo de las Bermudas 
un marinero, mientras comía pizza, 
perdió el rumbo y la cordura
por usar pantalón de frisa.
Iba buscando el tesoro
de su abuelo Boroboro
y sólo encontró el marinero
un antiguo inodoro de oro.

…………………………

De porcelana la taza
de porcelana el tazón
y flotando panza arriba
la rodaja de limón,
Doña canela va en rama
con su vestido marrón
soltando todo el perfume
que crece en su corazón.

………………….

Por la cocina marchan
tres cucarachas de luto
con sus vestidos negros     
y pañuelos diminutos.

La corte cucarachesca
en la cocina hace una ronda,
el muerto patas para arriba
bajo la luna redonda.
¿Acaso podrán calmar
una pena tan honda?

Las cucarachas lloran
pétalos de clavel
y se barnizan las alas
en la cuchara con miel.

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